Una vez identificados los factores de riesgo se intentará eliminarlos (por ejemplo, sustituyendo lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún peligro, etc.
El amoníaco es irritante y el líquido y el gas producen quemaduras en la piel, los ojos, la boca y los pulmones. Si ocurre un derrame, los niños pueden.